Luego de un instante de luz
blanca y azul zafiro cegadora, nos encontramos en… no se veía nada.
Oscuridad absoluta.
Silencio absoluto. Lo único de lo
que se podía dar cuenta allí era nuestra respiración.
Pronto una pequeña luz se
iluminó, dejando nuestras caras iluminadas por una tenue luz. Daniel y Lilly
parecían algo confundidos.
—¿Dónde estamos?—preguntó Daniel.
Nuestras voces resonaban en aquel lugar.
—Es un pasadizo por debajo de la
tierra—sonrió Fredrik—, hay que atravesarlo para…
—Para subir a unas escaleras de
piedra y encontrarnos con las murallas del reino—completé inconscientemente en
voz baja.
—Precisamente—dijo Fredrik.
—¿Y cómo se supone que veamos el
camino si esta luz no alumbra absolutamente nada?—preguntó Lilly.
—Bueno…—dijo Fredrik— los
vampiros pueden ver en la oscuridad, pero los humanos no. Por eso he encendido
la pequeña lámpara de mano.
–¿Y se supone que veremos algo
con esto?
El misterioso vampiro se encogió
de hombros, algo cohibido.
—La lámpara no os servirá mucho,
pero lo que más cuenta es seguirme, así no os golpearéis con las paredes.
—Vale… sigamos camino,
pues—completé más animadamente.
En ese instante, Lilly soltó un
chillido.
—¡UNA ARAÑA!
—¿DÓNDE?
Fue un pasadizo larguísimo,
oscuro, silencioso… En el que cada dos por tres, gracias a mi torpeza, me
golpeaba con alguna que otra pared. Allí había algunas arañas—y varias
telarañas— y bastante polvo, el que nos hacía toser a cada rato.
Pero finalmente valió la pena
cuando salimos de aquel pasadizo, encontrándonos de nuevo con la brillante luz
del sol del casi atardecer. Allí, un poco más de siete metros, se encontraban
las murallas de piedra del reino. Yo, Lilly y Daniel entramos sin problema,
pero Fredrik se quedó allí, fuera, al lado de un arbusto enorme. Noté que
algunas pequeñas marcas de quemaduras se encontraban en su casi-perfecta tez,
que cada vez se le hacían algunos puntitos de quemaduras por la luz del sol…
—Fredrik, ¿por qué no
vienes?—pregunté alzando una ceja.
—Si entro, me mandarán a la orca,
ya que soy un vampiro. Y no puedo estar mucho tiempo más bajo la luz del sol.
—Entonces… ¿cómo se supone que
llegaremos a la casa?
—Tú la encontraras.—dijo casi
solemnemente— Eres la Elegida, y tú
sabrás cuál es tu verdadero lugar.
—¿Qué? Pero… pero… ¡OYE, ESPERA!
Y luego de esto, se adentró entre
los arbustos hacia el extraño bosque, y se marchó. Así sin más. Corrí y saqué
la cabeza por el lío de plantas y arbustos, pero ya no había nadie. Mascullé
por lo bajo una maldición hacia Fredrik.
—Se le ha olvidado el hecho de
que Kathleen tiene un horrible y pésimo sentido de la orientación.—dijo Daniel
por lo bajo.
Me volví hacia él, con cara de
pocos amigos, y le golpeé la cabeza con una rama.
—¡Oye!
—No seas nena. Sigamos.
Lilly y Daniel, me
siguieron—inseguros como ancianos—.
Entramos al reino, y era todo
simplemente… extraño, y a la vez… como si estuviésemos en uno de esos reinos de
las historias antiguas.
El lugar estaba repleto de
humanos, algunos vendiendo cosas, como medicinas, comida, flores… y también
había algunos comprando, también había algún que otro elfo o elfa, con unos
ojos que se notaban a distancia, muy parecidos a los míos, y otros eran azul
eléctrico, e incluso algunos eran ámbares y otros rojo-anaranjado. También
había unas criaturas extrañas, peludas y de orejas larguísimas, blancas y
azules, de nariz azul, con unas colas que terminaban de una forma parecida a la
llama del fuego, también había otras criaturas extrañas.
Pero antes de que demos otro paso, una estaca
se plantó cerca de mi cuello.
—¿Quién eres… y de dónde
vienes?—me preguntó un… ¿guardia?
—Soy K-Kathleen Fournier.
El hombre me miró con fijeza, en
una guerra de miradas amenazantes.
—¿Fournier? ¿TÚ?—rió descaradamente.
—¡Pues es mi apellido! ¿¡Qué
esperaba!?—me molesté.
El hombre me acercó la afilada estaca
un poco más al cuello, serio de nuevo. Algunas de las personas voltearon a
vernos con los ojos abiertos como platos, otros siguieron con lo suyo.
—Así no es como se le habla a un
guardia. Niña descarada.—entrecerró los ojos— ¿Crees que me creeré eso de que
eres ella? ¿Te crees importante?
—¿Y usted se cree importante por estar
apuntándome con una estaca?—contraataqué.
En sus ojos apareció un extraño brillo
de malicia.
—¡Estúpida niña! Si sigues así,
te enviaremos a una celda. A ti y a tus acompañantes. Di quién eres.
—Mi nombre es Kathleen Fournier,
¡y estoy buscando una maldita casa!—grité.
En ese instante, apareció un
animal por detrás del guardia, seguido de una persona con una capa gris oscuro,
no se le podía ver ni un rasgo de su cara, simplemente estaba cubierta por la
capa.
El animal, era la criatura más
extraña que había visto hasta ahora. Era una especie de tigre blanco de
Bengala, una cría. Pero en su cara no tenía el diseño de rayas común en los
tigres, si no que era un diseño distinto…
un diseño más raro que el de un tigre blanco común. Tenía una oreja
negra y la otra blanca, y ojos muy celestes y resaltadores. También tenía unos
colmillos afilados largos que sobresalían mucho de la boca y unas garras que parecían
poder desgarrar cualquier cosa con ellas. Era una pequeña fierecilla.
Lo único que pude distinguir en
la persona, era un medallón extraño. Tenía una especie de tigre con pinta de
dragón, y una cola alargada y hacia arriba, enroscándose un poco.
—Dejadlos ir.—dijo la persona de
la capa gris. Era una voz masculina, una voz fría, pero era un joven.
—¿Y quién te crees tú para
mandarme or-…?—dijo el guardia dándose la vuelta.
—Ahora.
En cuanto el guardia vio su
medallón, retiró la estaca de mi cuello rápidamente, y soltó a Daniel y a
Lilly.
—Cla-claro.—el guardia de pronto
parecía nervioso y apenado.
—Haga bien su trabajo. Gracias.—y
luego de esto, se dio la vuelta, y se frenó inmediatamente, lanzándole una muy
pequeña bolsa con monedas doradas, que el guardia atrapó con las dos manos.—
¿Vais a seguirme o os quedaréis allí parados?
Yo, Daniel y Lilly avanzamos
inmediatamente hacia la persona de la capa. Ésta avanzó con nosotros sin
inmutarse.
—Gracias—dije en un suspiro.
—Por lo que veo, estás buscando
una casa.—dijo luego de un largo silencio.
—Sí—respondí—, una casa… aunque
no sé cómo es para describirla… solo sé que debemos ir allí.
—Me imagino. Estás buscando esa casa.
—Supongo…—murmuré.
—¿Y cómo es que…? Muéstrame la
palma de tu mano. Esa no, la izquierda.
Hice lo que me pedía, le mostré
la palma de mi mano en la que tengo la estrella de las seis puntas. El chico la
acercó para ver mejor, y luego me miró, no podía ver su cara, pero me pareció
que estaba frunciendo el ceño.
—Eres… no eres una ente, pero sin
embargo tienes esos ojos. Y tienes la
estrella de las seis puntas en la mano… Eres…
>>Eres… Una Elegida.
Me miró directamente a los ojos.
Y pude ver el color de los suyos; un par de ojos turquesa aguamarina, tan
hermosos que hipnotizan.
Y entonces se quitó la capucha de
la capa. Era un elfo joven, de unos 15 o 16 años calculo, de cabello blanco
como la nieve, corto, orejas largas y puntiagudas y un mechón de pelo algo largo le colgaba al costado
derecho de la cara.
—Y por eso estás aquí.
—Eso es lo que tengo entendido…
—Me llamo Aidan.—hizo una pequeña
inclinación de cabeza.
—E-encantada. —¿Aidan?— Soy
Kathleen, Kathleen Fournier, y ellos son Lilly Campbell y Daniel Smith.
—Encantado—dijo dirigiéndose a
Lilly y a Daniel—, ¿Campbell? ¿Smith? Qué apellidos más… extraños. Nunca los
había oído.
—Bueno, debe ser porque no somos
de aquí, mientras que Kath si…—dijo Lilly.
—Puede que sea eso.—sonrió Aidan.
La pequeña fierecilla que
acompañaba a Aidan, bufó.
—¿Qué es? Parece un pequeño
tigre.—dije sonriendo.
Aidan rió.
—No, no es un tigre. Es un Hássinus, aún no le he puesto un nombre…
Lo encontré hace dos noches, abandonado en un bosque que fue habitado hace una
semana por un campamento elfos y elfas, pero ya se fueron. Al parecer fue
criado por los elfos, pero se olvidaron de él. Algo extraño viniendo de ellos,
ya que son amantes de la naturaleza.
El pequeño tigre-fierecilla bajó
las orejas.
—Oh, seguro que le encontraremos un
bonito nombre, ¿verdad?—dije mirando a la criatura.
—Seguro—sonrió—, pero son unas
criaturas muy cabezonas, va a ser difícil conseguir uno que le guste.
La fierecilla le dio un cabezazo
en la pierna a Aidan, y este casi se cae. Era pequeño, pero sin duda fuerte.
Luego se puso en posición de caza y se abalanzó sobre un ave bastante grande.
La agarró hábilmente con la boca y siguió caminando con nosotros, aún con el
ave en la boca, muy orgulloso por su hazaña. A medida que avanzábamos, se veía un reguero
de gotitas de sangre por el suelo.
Seguimos un pequeño tramo,
contándonos entre los cuatro diferentes cosas de nuestros mundos. Me enteré de
algunas cosas, nada importantes, y otras ya me las había explicado Fredrik.
—Oh, allí está .—dijo Aidan.
—¡Oh, genial!—dijo Lilly—, no sé
vosotros, pero yo me adelanto. No soporto estar de pie ni un minuto más.
—Yo también voy—dijo Daniel—
¿Vienes, Kath?
—Si, si, ¡los alcanzo!—les grité
de lejos.
—Bueno, será mejor que te
adelantes ya si no quieres perderlos de vista.
Y luego de esto, me puse en marcha
hacia la casa. Corrí lo que quedaba del tramo, intentando alcanzar a Lilly y a
Daniel, y por fin llegamos a la puerta, pero un guardia que estaba parado cerca
de la casa—el otro estaba durmiendo vagamente— nos detuvo.
—¿Quiénes sois?
—Soy Kathleen Fournier, y ellos
son Lillianne Campbell y Daniel Smith.
—¿Fournier? Muéstrame tu mano.
—hice lo que me pedía—…Podéis pasar…—dijo dudando un poco.
Y nos abrió paso. Tocamos la
puerta de la casa, que parecía ya tener sus años. Una puerta grande de madera,
y la casa era de piedra color blanco-grisáceo. Era bastante grande.
La puerta se abrió
inmediatamente, dejando ver a… Oh Dios. Eran las dos chicas que había visto
cuando aparecí fuera del bosque.
—¿¡Vosotros sois los
nuevos!?—dijo entusiasmada la chica rubia.
—Kathleen Fournier, ¿eres tú?—le
preguntó la castaña a Lilly.
—N-No, yo soy Lilly, ella es
Kathleen.—le dijo señalándome.
—Oh, lo siento, ¡pues
pasen!—dijo. Pasamos adentro. La casa era bonita, aparecimos en un centro de
salón, con una gran alfombra bordó, allí había dos estanterías y una maceta con
una planta, era, por dentro, de madera, y las paredes que rodeaban la casa eran
de piedra, mientras que de adentro eran de madera.
—Tu cara me suena…—me dijo la
chica castaña— ¡Oye, Elisea! ¿No es esta la chica que encontramos el otro día?
Shit.
—¿Cómo?—me miró— ¡Oh, es verdad!
¡Eres tú! Ya me parecía extraño. Lo lamento mucho si te hemos asustado.—dijo
algo apenada.
—No, no es nada, esto… lamento
haberte quitado tu daga…
—No. Quiero que te la quedes—me dijo
la chica rubia, Elisea, sonriéndome—. Te la regalo, tienes mucha agilidad,
hasta ahora nadie había logrado arrebatarme un arma, o tomarme por sorpresa.
—¡Oh!—exclame sorprendida— Pues…
¡muchas gracias!
—No es nada. Por cierto, yo me
llamo Elisea, Elisea Winwood, y ella es Allison Western.
—Encantada. Ella es Lilly y el es
Daniel.
—Oh, extranjeros. ¡Es un placer!
Venid; ya hemos preparado vuestras habitaciones. Luego conoceréis a el resto de
las personas de esta casa, os aviso que a veces no son muy agradables…—esto
último, lo dijo en un susurro.
Elisea y Allison me cogieron de
las manos y comenzaron a arrastrarme por las escaleras, con un notable brillo
de emoción en los ojos. Ahora, pude notar que a Elisea se le tornaron del
celeste verdoso al color… ¿verde? ¡Parecía arte de magia! ¿Es que acaso ella
también es una ente? La miré extrañada.
—Sus ojos cambian de color
depende las emociones.—me dijo Allison, adivinando lo que pensaba, ella también
parecía emocionada por tener nuevos miembros en la casa, casi tanto como
Elisea.
—¿Y el verde qué significa?
—¡Significa que está contenta!
Elisea y Allison me condujeron a
un pasillo de madera, algo largo, y luego terminamos frente a una puerta de madera oscura. Era bonita, la
abrieron, y me encontré en una habitación ni mediana ni pequeña. Tenía una medida justa si se trata de dos personas.
Tenía dos camas, con sábanas de tela raso común color verde esmeralda claro, muy claro, casi blanco. Tenían dos cojines blancos y verdes, una vela arriba de las mesillas de luz y una cómoda blanca, algo vieja. A decir verdad, era bastante acogedora. También había una gran ventana al lado de una cama.
Tenía dos camas, con sábanas de tela raso común color verde esmeralda claro, muy claro, casi blanco. Tenían dos cojines blancos y verdes, una vela arriba de las mesillas de luz y una cómoda blanca, algo vieja. A decir verdad, era bastante acogedora. También había una gran ventana al lado de una cama.
—¡Espero que os guste! Si queréis
podéis agregarle lo que quieran…—dijo Elisea.
—No, no—dije—, está más que bien
así. La habitación es muy bonita.
—Me alegro que os guste—dijo
Allison— esta es tu habitación y la de… la niña de los ojos celestes, ¿Leila?
—Lilly—corregí.
—Oh, lo siento. Bueno, os dejo.
Iremos a mostrarle su habitación a vuestro amigo.
—¡Vamos! Tu habitación está a
tres puertas a la derecha, doblando la esquina del pasillo, Denys—le dijo
Elisea a Daniel.
—¡Daniel!—le corrigió.
—¡Lo siento!—dijo Elisea, un poco
apenada.
Luego, se fueron, cerrando la
puerta. Yo dejé mi valija arriba de una de las camas y comencé a abrirla.
—Quédate con la del lado de la
ventana, a mi me da vértigo.—me dijo Lilly riendo.
—¡Vale!
Empecé a sacar la ropa de la
valija, y luego abrí la cómoda y me puse a guardar la poca ropa que traje allí
dentro. Eran una camisa roja a cuadros negros, una blusa de tirantes blanca y
otra igual gris, dos vaqueros, una remera verde oscuro musculosa, otra igual en
negro, una chaqueta de jean y unas zapatillas comunes.
Lilly parecía contenta de haber
llegado a la casa, abrió su valija y comenzó a sacar una pila de ropa, no era
demasiada, pero más que la mía, seguro.
—Eh, Kath. ¿No te da curiosidad
preguntarle a alguien sobre tus ojos? ¡Aquí muchas personas tienen ojos
parecidos a los tuyos!
—Si, es verdad—sonreí— ¡Veré de
acordarme!
—¿Y qué pasará con Fredrik?
—La verdad es que no sé… Pero
seguro que lo volveremos a ver, de eso estoy segura.
Saqué lo último que me quedaba,
que era un cepillo que había guardado en la valija. Justo en ese momento mi
mano se topó con ese libro, y al
parecer puse cara sospechosa cuando lo escondí bien al fondo de nuevo, porque
Lilly se dio la vuelta y me dijo:
—¿Pasó algo? ¿Qué hay ahí?
—¿Eh? No, no… nada, me lastimé
con un pequeño alfiler, nada grave.
Y era cierto, me lastimé con un
alfiler y me empezó a sangrar un poco el dedo. Soplé un poco en la pequeña
herida. En ese momento alguien tocó la puerta desde afuera.
—¿Kathleen, Lilly? ¡Venid!—abrió
la puerta y nos encontramos con Elisea— ¿Ya habéis guardado vuestras cosas?
Quiero mostraros la casa entera.
—Ya hemos terminado —dijo Lilly—
¿Hay más personas?
—¡Claro! Aunque no tengo idea de
adónde se fue el idiota de Demian… Pero seguro que nos toparemos con Jacob o
Allison… ¡O con alguna otra persona!
Seguimos a Elisea, y nos mostró
cual habitación era de quién, los baños, la cocina que era algo grande, pero no
mucho, y finalmente, llegamos a un especie de patio, no era con pasto, si no con
suelo de tierra plana y una pared al final con unos blancos.
—Y, aquí, es donde entrenamos y
nos preparamos.
La pared de piedra con una puerta que te adentraba a la casa de nuevo, estaba a un costado de la casa y allí había colgado al lado de la pared del fondo de madera, unos cuántos carcaj con flechas y arcos. También había dagas, espadas y estacas afiladas, y unas armaduras y cinturones para armas también se encontraban por allí. Había unos bancos para sentarse a los costados y unas colchonetas duras en el suelo.
La pared de piedra con una puerta que te adentraba a la casa de nuevo, estaba a un costado de la casa y allí había colgado al lado de la pared del fondo de madera, unos cuántos carcaj con flechas y arcos. También había dagas, espadas y estacas afiladas, y unas armaduras y cinturones para armas también se encontraban por allí. Había unos bancos para sentarse a los costados y unas colchonetas duras en el suelo.
—Entonces, ¿quién me
entrenará?—pregunté.
—¡Depende! Principalmente, yo y
Jacob.
—¿Quién es Jacob?
Elisea no pudo contener la risa.
—¡Jacob es la persona más
aguafiestas de la casa!
—Vaya, muchas gracias por el
cumplido—gruñó una voz detrás de nosotros.
Las tres nos dimos la vuelta
sobresaltadas. Un muchacho, con pinta de 18 años estaba parado en la entrada
del centro de entrenamiento. Tenía el cabello color chocolate y un par de ojos
verdes grisáceo, llevaba una camiseta negra y vaqueros comunes.
—Hablando del rey de Roma…—dijo
Elisea en voz baja— ¿Veis lo que os digo?—susurró.
—¿Se puede saber quiénes son,
Elisea? ¿Y qué hacéis aquí?
—¿Adivina qué, cascarrabias?
¡Quien estábamos esperando hace mucho tiempo! Ella es Kathleen Fournier y su
amiga Lilly.
El tal Jacob me repasó con la
mirada. No parecía contento.
—¿Eres tú la Elegida?
—Eh, ¿si?—respondí.
Jacob se dio la vuelta.
—¿Es acaso una broma?—le dijo a
Elisea— No tiene compostura, se ve débil y no está para nada en forma. Costará
poder ponerla a nuestra altura. Claro, si es verdad que es la Elegida.—gruñó.
—¡Oye!—le dije— ¡No soy para nada
débil! ¡Tal vez no tenga tanta fuerza como vosotros, pero tengo buena puntería!
—¡No creo que sea débil! Para mí
es muy hábil. Un par de entrenamientos, ¡y voilá!—dijo Elisea.
—¿Tienes fuerza? ¿Sabes cómo
utilizar una espada? ¿Y una daga?—me dijo Jacob dirigiéndose a mi.
—Si, tengo fuerza—mentí—, jamás
he utilizado una espada y creo que sé usar una daga.
En sus ojos apareció un pequeño
brillo.
—¿De verdad? Ponte aquí—me señaló
un lugar enfrente suyo—. Ahora intenta lanzarme al suelo.
—Vale—dije firme, aunque no
estaba segura.
Intenté con todas mis fuerzas
derribarlo, pero no pude, él se resistía muy bien, a pesar de no tener
demasiada fuerza. Luego de unos cuántos intentos de derribarlo, me cogió del
brazo y me tiró al suelo en la colchoneta, donde me dejó bien clavadita.
Sentía que todos los huesos se me
estaban destartalando, pero en realidad solo era un pequeño dolor sordo. Para
colmo Jacob tuvo el descaro de comenzar a reír.
Elisea me ayudó a levantarme de
un pequeño tirón en el brazo. Madre mía, ¿allí todos tienen fuerza o qué?
—¿Estás bien? ¿te ha hecho daño? Así no es como se trata a los recién llegados, Jacob— le dirigió una mirada de reproche.
—No, no, me encuentro
perfectamente.
—A mí no tienes que reprocharme nada, Elisea. Solo era... una prueba.
—A mí no tienes que reprocharme nada, Elisea. Solo era... una prueba.
Entre tanto, pude ver que Lilly
ya no estaba en escena. Seguramente se fue a buscar a Daniel o a recorrer la
casa.
—Espérame un momento, vuelvo
enseguida—dijo Elisea, y se fue dentro de la casa corriendo.
Permanecimos en silencio. Jacob
parecía algo confundido ahora.
—¿Estás bien?—me preguntó en un
tono molesto, sin mirarme a la cara, sino mirando para el otro lado.
—Si, estoy bien—respondí
confundida.
El joven parecía algo
avergonzado. Pero trataba de ocultar el mínimo sonrojo que se presentaba en sus
mejillas. Y luego, se fue, dándome la espalda.
Me senté en uno de aquellos
bancos que había para descansar, esperando a Elisea. Pero como tardaba mucho,
decidí darme otra vuelta por el lugar. Pude notar que un poco adentrado al bosque había un lugar con rejas y un portón.
Me dispuse a ir hacia allí pasando por el lugar libre del pequeño patio de
entrenamiento, pero cuando intenté pasar, me choqué con la nada misma.
<<¿Y Esto…? ¿Pero qué…
es?>>—pensé. Palpé la nada con mis manos, y pude notar que se trataba de
un… campo de fuerza invisible. ¿Cómo podría pasar?
—¡Oh, ya sé!—se me ocurrió.
¿Podría pasar con la ayuda de mi colgante mágico? Lo aferré con las dos manos,
y me dispuse a salir.
Pero no. Me volví a chocar con la
nada misma. <<Oh, ¡vamos!>> vi un pequeño destello que salió de la
llama de fuego azul que habita dentro de mi colgante, y pude ver, con la boca
abierta, cómo el campo de fuerza se iba abriendo dejándome paso. Sonreí para
mí, y sin pensarlo dos veces salí del lugar, corriendo hacia aquél lugar alejado.
El muchacho del cabello color
chocolate y los ojos verdes iba caminando por los pasillos de la casa, cuando
se topó con alguien desconocido para él. Un muchacho de ojos grises y cabello
castaño claro iba silbando, recorriendo el lugar.
—Oh, ¡hola! Pensé que no había
nadie por aquí.
—¿Quién eres?—dijo sacando la
daga de su cinturón.
—¡Hey, hey, hey! ¡Cuidado con
eso, que yo soy de aquí! ¡Soy Daniel!
—¿A qué te refieres?
—Qué vine con Kathleen y Lilly.
—¿Eh? ¿Pero qué…?
—¿Podrías dejar de hacer
preguntas?
El chico bufó.
—Espero que no haya más personas
nuevas. Si me encuentro con alguna gentuza más, lo mataré.–y dicho esto, se
alejó.
<<Uf, pero qué tipo más
desagradable. Pero creo que será entretenido molestar a un
cascarrabias.>>
Finalmente llegué allí, y abrí el
portón que tan pesado era. Lo primero que vi allí fue… criaturas, pequeñas y
medianas, que estaban durmiendo plácidamente. Eran unas cinco o seis. Vi a un
elfo, peliblanco, ojos turquesa aguamarina… era, sin duda alguna, Aidan.
—Oh, buenos días. ¿Puedo ayudarte
en algo?—me dijo. Me sentí confundida.
—¿Aidan?
El elfo alzó las cejas,
sonriendo. En ese instante aparece otro elfo. Igualito a él. ¡Madre mía,
ge-gemelos!
—Eh, ¡hola Kathleen! ¿Estás
recorriendo la casa?
—Esto… si… Pero, esperad, ¿Eres
tú Aidan?
El que se suponía que es Aidan,
rió.
—Tuviste que haber visto tu cara.
¡Si, soy yo! Y él es mi gemelo, Kero.
—¡Encantado!—me dijo Kero.
—Encantada, Kero—sonreí— Yo soy
Kathleen Fournier.
—¡Oh!—dijo— Eres tú. Aidan me
había contado que justo hoy llegó la Elegida.
Es un placer recibirte en Desideria.
—Eh… gracias—dije intentando
esconder el pequeño rubor. Nunca me habían tratado así.
—Y dime, ¿has venido a escoger un
compañero?
¿Qué? ¿Un compañero? ¿Se referirá
a los animales?
—¿Un compañero?
—¡Claro! ¡Si lo que quieres es
luchar, necesitas un buen compañero!—dijo Aidan.
—Oh, pues… ¿Y el pequeño
tigre?—pregunté mirando hacia todos lados.
—¿El tigre?—me miró interrogante—
¡Ah, claro, te refieres al Hássinus,
está por aquí!—chifló y fugazmente apareció, envuelto en llamas azules, el
pequeño tigre de los colmillos grandes y largos, ojos azules y una oreja de cada color,
con el diseño de rayas extraño. Cuando frenó la carrera, las pequeñas llamas
desaparecieron, pero el traje de Kero quedó con algunas llamas.
Kero se dio cuenta y comenzó a
soplar su traje. En ese momento llegaron Elisea y Allison corriendo a toda
prisa. Al verme, suspiraron aliviadas.
—¡Aquí estás!—dijo Allison— Nos
habíamos preocupado. ¡Pensamos que te habías perdido fuera!
—¡Elisea, Allison! No, claro que
no… solo salí a recorrer este lugar, lo siento si os he asustado.
—Veo que has llegado pronto aquí.
¿Vas a escoger a un compañero?—dijo Elisea.
—¿Tengo que escoger a un
compañero?—miré hacia todas las criaturas que se encontraban en el lugar, de
hecho no había ninguna que me ‘simpatizara’ del todo.
—Si, escoge bien, porque te
seguirá por el resto de tu vida.—dijo Aidan.
Pero había una sola criatura que
pudo captar mi atención desde el principio.
—Pues… creo que elegiré a… al
tigre Hássinus.
—¿De verdad?—dijo Kero— ¿Estás
segura? ¡Es una cría, no te servirá en la batalla!
—¡Tú cállate, Kero! ¡Si lo eligió
es por una razón!—dijo Aidan, y le arrojó una piedra en la cabeza.
—¡Oye! ¡Ven aquí engendro del
demonio!—le respondió Kero, y comenzó a perseguirlo.
—Madre mía, que estos dos no
paran de pelear…—dijo Allison, llevándose una palma a la frente.
—¿Pelean muy seguido?—pregunté,
mirando cómo los gemelos se corrían alrededor de Elisea, que se quedaba quieta
de brazos cruzados y los ojos cerrados, probablemente contando hasta diez para no asesinarlos.
—¡Uf, estate aquí unos tres días
y verás cuántas peleas inician!
Elisea parecía estar perdiendo la
paciencia, mientras esos dos no paraban de gritarse y perseguirse.
—Oíd vosotros dos. Sino os comportáis de una maldita vez me obligaréis a encerraros en una jaula para mounstruos.—dijo Elisea con un tono inigualable, que causaba escalofríos, amenazando a los gemelos con una daga. Inclusive
algunas criaturas se asustaron.
—¡S-si señorita Elisea!—dijeron
los gemelos, aterrados.
—¡Muy bien, espero que os guste
la cena!—dijo Allison— Aunque no soy muy buena cocinera que digamos…
—¿Qué es esto…?—dije mirando la
sopa color verde que nos trajo. Incluso Lilly, Daniel, Elisea y Jacob miraban
la sopa con cara un poco asqueada.
—Se me fue el apetito.—dijo Jacob,
algo seco.
—Creo que a mí también—dijo
Daniel.
—Y a mí—completaron Elisea y
Lilly.
—¡Pero vamos, no sean tan
groseros!—dije.
—Creo que tienes razón.—dijo
Daniel— No puede estar tan mal.—y luego de esto, probó la sopa de Allison. A su rostro le
faltaba poco para quedar verde.
Todos miraban a Daniel a la espectativa. Daniel parecía asqueado, y luego
escupió la sopa…
…En la cara de Jacob. Éste último casi
se pone rojo de rabia.
—¡Tú, idiota!—dijo, y lo comenzó
a perseguir.
Todos mirábamos la escena con los
ojos abiertos como platos.
—¡Bueno, creo que ya es hora de
irme a dormir, tengo sueño!—dije apresuradamente— ¡Buenas noches a todos!
—Buenas noches, Kathleen—dijeron Elisea y Allison— ¡Eh, vosotros dos! ¡Calmaos de una vez!
Salí de la mesa y me dirigí hacia las escaleras, subiendo a trompicones hasta mi habitación.
Salí de la mesa y me dirigí hacia las escaleras, subiendo a trompicones hasta mi habitación.
En la cama pude reflexionar
acerca de todo el día… Sobre haber conocido a ese tal Jacob, un tipo
cascarrabias, que seguramente es amable en el fondo, sobre Aidan, sobre Kero,
sobre todo… Pero lo que más me interesaba saber era qué pasó con Fredrik… ¿Qué
le habrá pasado? ¿Lo encontró alguien, no lo encontraron y pudo volver a su
hogar? ¿Lo volveremos a ver?
Escuché unos ronquidos. Era Lilly.
Escuché unos ronquidos. Era Lilly.
—¡Lilly, no ronques!—dije, y le
lancé un pequeño almohadón. Ésta solo se dio la vuelta.
Suspiré, y me senté en la cama de piernas
cruzadas, mirando por la ventana. ¿Qué será de ese vampiro con tantos
misterios? Pero lo más importante, ¿qué me depara el futuro?
------------○------------
¡Aloha! Primero que todo me disculpo por tardar tanto. No escribía por exámenes y por no tener ganas x'D Este capítulo es bien largo, el más largo que he hecho hasta ahora, creo ^^ (otra de las razones por las que tardé o.o) no pude subirlo ayer porque lo terminé justo a las 2.30 de la mañana y bueno... sueño e.e
¡Espero que os haya gustado! ^^
¡Espero que os haya gustado! ^^
¡Buenas!
ResponderBorrarNo, no me he puesto al día de repente. Sorry, no tengo tiempo. Solo me he pasado un momentito por aquí para dejarte una bonita sorpresita...
http://elviajedemelissa-anac.blogspot.com.es/2014/04/3-premios-atrasados-mismas-nominaciones.html
AIIIIIIIISH, Gracias Anuchiss<3 ahora me paso a ver el premio :)
BorrarAhhh!! pero ajajajja este capitulo ya me lo lei!! D: ajajajaj quiero mas ¬¬ *la mira con ganas de matarla* ajajajajja Bueno te comento, vamos por partes como dijo Jack ajajajajaj
ResponderBorrarCreo que amo la pareja Fredick con Kath...
Los gemelos.. aidiwhiehigie a ver adoro al primero que salio es tan fohifrifirhfjrj el otro mas imperativo... jajajaj nose no le odio pero prefiero al tranquilo...
KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA AMO A JACOB! OSEA AMO EL NOMBRE Y LE AMO A EL! no quiero que este con kath si no CONMIGO!! *se mete en un agujero negro y rapta a jacob* su caracter su ser su el orihygfiorhkghrhgfrir oh dios malditas hormonas ajjajajajaj Kero, ajajajaja me recuerda a sargento keroro ajajajjajajaja
Mira mi telenovela de tu historia: Daniel esta por Kath, pero lily le gusta daniel y este no sabe a quien ama. Friedick claramente ama a Kath (LO ESPERO Y DESEO) y kath siente preocupacion por el..eso es algo!! PERO APARECE JACOB! que haran que kath se enamore de el y viciversa.... PERO AQUI APAREZCO YO! MUAHAHAHAH okno ajajajaja. Elisea... le pega mucho ese caracter ajjajaja enserio me lo esperaba asi!! encambio Allison la veia mas seria pero es timida verdad?? creo que es como yo ajajajaja bah adoro estos nuevos personajes *___* y cuando kaht coge al tigre es tan KAWAIIII!!! <33333 Bueno, besicos virtuales!! siguiente y rapido!!! *___*
¡Sarache!<3 Discúlpadme por no subir, de verdad! D: Pero es que ando llendo al médico y las semanas van bien pesadas y dentro de poco entro en exámenes del 1er trimestre y tal... T-T Pero JURO que seguiré escribiendo, no te preocupes n_n
ResponderBorrar¿Con el tranquilo te refieres a Kero? JAJJAJAJAJAJAJAJA Más adelante en la historia perderá la tranquilidad xD
No sabes lo contenta que me pone que te guste Jacob *^* es uno de mis personajes favoritos, aunque los adoro a todos ajajajjjajaajaj Sargento Keroro XD No lo conozco pero aún asi me causa gracia Ajajjajajajja
*SPOILER*Solo te voy a poder decir que tienes razón en una parte de tu telenovela ê_ê
Sip! Elisea suele enfadarse con facilidad especialmente con Jacob mientras que Allison normalmente es más calladita ^^
¡¡Este fin de semana volveré a escribir!! (lo que pueda D:) Gracias por comentar siempre! <333 ¡Besos!